viernes, 14 de septiembre de 2012

Empieza la cuenta atrás en la campaña de Crowdfunding de ZEH



Os recordamos  que todavía podéis colaborar con el proyecto de ZEH a través de Lánzanos . De conseguir el apoyo, la aprobación social y los fondos mínimos necesarios para el avituallamiento, el pago de atraques en puertos, la reparación de avería, adquisición de materiales (recordemos que se trata de una embarcación de 40 años) y los gastos de transporte del equipo de tierra surcaremos la cornisa cantábrica y la Costa da Morte organizando actos de divulgación en cada puerto y ciudad que se preste en el viaje de ida y un estudio científico en una navegación sin escalas en la travesía de regreso llevando a cabo mediciones del potencial de hidrogeneración, generación eólica y solar en las diferentes meteorologías del golfo de vizcaya. 

La cuenta regresiva ha comenzado y quedan 23 días para esta campaña ¿te apuntas?

martes, 4 de septiembre de 2012

De las aguas marinas del Cantábrico a las aguas de consumo humano en Camerún, un relato de ida y vuelta

Hoy os queremos presentar un relato muy especial. La aventura de tres de las personas que forman Zeniteh, hoy no hablamos de nuestro barco ni de innovación tecnológica, hoy os presentamos la cara más humana de parte de nuestro equipo. Con ustedes "un relato de ida y vuelta"...


"Tres de nosotros, junto a una cuarta persona, con inquietudes en el mundo del agua dulce y proximidad a la cooperación, nos decidimos, tras meses de preparación del proyecto (¡más vale un buen diseño experimental que un trabajo de campo desaprovechado!) a marchar a Camerún, con el respaldo de la Fundación Recover. Hospitales para África, y el empeño de realizar una identificación que permitiera formular un proyecto más profundo en el futuro. El objetivo; identificar problemas y soluciones referentes al abastecimiento y calidad del agua de tres hospitales, así como a la gestión de residuos. 

Una vez nos reunimos allí en Yaoundé, la capital, con los voluntarios de largo plazo, empezamos a trabajar, hipnotizados por las sonrisas de las gentes grandes y pequeñas y motivados porque todas esas sonrisas pudieran disponer de aguas limpias y servicios hospitalarios de cuanta mayor calidad mejor. Pronto comprendimos que la lluvia allí era agua bendita. Así transcurrieron los días, subiéndonos en los tejados para medir la capacidad de almacenamiento de aguas de lluvia, metiéndonos en las entrañas de las consultas y sus desagües, fiscalizando basuras, destapando fosas sépticas, entrevistando al personal para conocer hábitos de uso y consumo de agua, dibujando diagramas para seguirle la pista al fluido vital por las intrincadas bajantes de lavandería o maternidad, mientras de paso, íbamos generando medios de cultivo con el personal del laboratorio de microbiología o construyendo las herramientas que nos permitieran tomar, en condiciones de esterilidad, las muestras de cada pozo, depósito o grifo. Así fue cómo entre tarde y tarde, comíamos en la cantina poisson brassé o nos familiarizábamos con el piment o el olor persistente de los bâtons (que no lograron conquistar nuestro paladar hasta semanas más tarde). 

Esperábamos los resultados de los análisis, nosotros y todo el personal del hospital, mas las colonias creciendo en el Agar MacConkey (medio de cultivo selectivo para bacterias fecales) no traían buenas noticias. Sería necesario separar los circuitos del agua por usos y descontaminarla con distintos métodos en función de su destino. Allá no siempre uno tiene garantías de que el agua tenga las condiciones adecuadas para que los críos no enfermen de cólera o padezcan de amebas, más aún cuando ese agua no llega (de los días que toca que se distribuya en la semana, igual sólo llega uno) y han de buscarla en fuentes improvisadas o pozos comunitarios. El mismo procedimiento, más depurado, y con cada vez más amor y mejor francés, lo fuimos replicando en los otros dos hospitales, en Djunang y en Sangmelimá. 

En Djunang los resultados fueron más esperanzadores, principalmente porque el abastecimiento de agua estaba asegurado y su calidad, también. Siempre hay imprevistos, cómo no. Los nuestros vinieron en forma de “Gotas de Sol”. Ecolution-a nos proveyó de CDs sobre el método de potabilización SODIS y decidimos preparar, sobre la marcha, talleres en los tres lugares para dar a conocer tan sencillo y accesible método de desinfección del agua por radiación ultravioleta. Compartir con los niños en la escuela la filtración y exposición de las botellas al sol fue un regalo, así como recibir las preguntas de los mayores que deseaban profundizar en el tema. Por suerte, los CDs no tenían billete de vuelta, y, con ellos, el personal de los hospitales, está dando continuidad a la difusión del método. 

Otra de las cosas especiales que nos pasaron es que sin darnos cuenta fuimos un flujo de energía. Tan sólo por preguntar con insistencia logramos que agentes implicados en la solución de problemas asociados al agua, se activaran, y tuvimos la gran suerte de vivir el momento en que una bomba de impulsión entraba de nuevo en funcionamiento tras largos meses de letargo. 

Cuando ya tocaba empezar a regresar para realizar el trabajo de gabinete, a esas alturas, ya comíamos saltamontes o nos duchábamos tan felices con medio cubo de agua con lejía. Fue duro despedirse de las miserias de allá para encontrarse con las miserias de acá, un país “avanzado” donde se trata de privatizar la sanidad, el agua y se recorta en energías renovables y cooperación al desarrollo. 

La corrupción pasea por todos los rincones de la tierra, pero el amor es más fuerte, y así nos lo ha enseñado Camerún, que nos despidió con cálidos abrazos y sudorosas manos amigas. 

Ojalá se pueda dar continuidad al proyecto para seguir profundizando en el derecho humano al agua en Camerún y, cómo no, en todos los lugares deficitarios en este sentido." (Ángela Iglesias, Fernando Aparicio y Daniel Leante)